A 50 km de Barcelona hay una montaña de aspecto insólito que se desprendió de los Pirineos hace millones de años. Según una de las leyendas, ángeles con sierras de oro bajaron una vez aquí para decorar la montaña con diversas figuras y crear un lugar para el palacio de la Madre de Dios. De ahí el nombre de Montserrat, que significa montaña serrada.
Si le gusta caminar, hay interesantes senderos por la montaña con magníficas vistas de fantásticas formaciones rocosas. Puede tomar un funicular hasta la cima y luego caminar por diferentes rutas, contemplando las extrañas figuras de piedra.
El Monasterio de Montserrat existe desde el siglo IX. Está orgullosamente situado en la montaña, casi en su cima, y parece que es uno con ella. El monasterio no sólo tiene un importante significado religioso, sino que también es un símbolo y un pilar de Cataluña. Antiguamente era el único lugar donde se celebraban bodas en la entonces prohibida lengua catalana.
La basílica alberga el principal santuario catalán, la Virgen Negra. La estatua, de 95 centímetros, es de álamo negro y representa a la Virgen María, madre de Jesucristo, vestida con ropas doradas y con su hijo en brazos.
Se cree que la Virgen Negra ayuda a realizar cualquier sueño si uno se dirige a ella con una oración sincera. Los milagros se evidencian en una sala llena de regalos de personas agradecidas que traen objetos relacionados con sus deseos cumplidos: cunas, muletas que ya no necesitan, vestidos de novia.
Suele haber colas muy largas ante la Virgen Negra, así que si quiere pedirle algo a la Virgen o simplemente ver el santuario, debe aprovechar el momento antes de que lleguen las multitudes de autobuses turísticos.
Cataluña es una tierra soleada e interesante, y un viaje por ella le aportará sin duda alegría e inspiración. Vacaciones en la playa, paseos por la montaña o un rico programa cultural: hay algo para todos los gustos.